lunes, 12 de septiembre de 2016

El Gran Apagón, las series radiofónicas también molan


Ya sabemos que me gustan las series, los más atentos habrá notado ya que en realidad lo que pasa es que soy una adicta a la ficción en general, no me entusiasma el mundo real, seamos sinceros, y paso bastante tiempo en otras opciones más atractivas. Libros, pelis, series, lo que toque. Si la historia me llama la atención la devoro en una nada sana vorágine consumista. Cuando era pequeña me fascinaba escuchar historias en bocas ajenas, ya fueran mis padres, profesores o esos programas tan maravillosos en los que un presentador se sentaba y contaba un cuento. Aún puedo cantar entera la sintonía de Colorín Colorado, programa de hace catapum años y que ahora me ha hecho sentir viejuna #vamosamorirtodos.

Otra de mis pasiones durante la infancia, y  que continúa hasta nuestros días, es la radio. La radio es un medio que mueve fuertes emociones en mí. Me apego profundamente a los locutores y cualquier cambio en las parrillas me produce mal humor durante días. Pero la ficción ha estado relegada durante décadas en las ondas tras sus años de gloria pretelevisivos. Cualquiera de nuestros mayores podrá relatarte que el mundo se paraba cuando alguno de los seriales radiofónicos de la época se sintonizaba en el único transistor de la familia. Ama Rosa lo petaba más que Juego de Tronos, y era así en cada país con sus propias historias.  Los 59 minutos más famosos de la radio nos los regalo el maravilloso Orson Welles con su retransmisión de La Guerra de los Mundos, y aunque avisó de que aquello no era más que ficción, la que se lió aún nos saca una media sonrisa a todos casi 80 años después. Es innegable que la radio tiene una magia especial, y creo que la proliferación de podcasts en esta nueva era demuestra que sigue viva y dispuesta a darnos muchas horas de entretenimiento.

Este verano he tenido la ocasión de deleitarme con una audioserie, radionovela, serie radiofónica o como queráis llamarla, de lo más molona. El Gran Apagón es una producción de Podium Podcast (también puedes oírla en IVOOX), y se trata de una historia de ciencia ficción presentada en forma de falso documental.

La premisa es la siguiente: El 11 de abril de 2018 una tormenta solar de extraordinaria fuerza inutiliza todos los satélites y gran parte de los sistemas eléctricos, dejando el planeta en completa oscuridad. Sin internet ni telefonía. Sin televisión ni luz eléctrica. Años más tarde, un programa de investigación saca a la luz todos los documentos sonoros que se han recuperado acerca del incidente, previos al apagón y posteriores a él, con el que intentan aclarar qué ocurrió en esos días de caos y si la catástrofe resultante podría o no haber sido evitada por las autoridades.

Por ahora puedes disfrutar de los 8 episodios de la primera temporada, con actores muy conocidos y unas subtramas interesantes y diferentes entre si. Esperando impacientemente estoy a la siguiente temporada y con ganas de más variedad de series radiofónicas de ficción (RECOMENDACIONES EN LOS COMENTARIOS POR FAVOR).


*Mi aporte personal: Al finalizar el último episodio podemos oír una retransmisión en MORSE que tuve que ponerme a investigar para resolver (gracias a dios hay aplicaciones para todo!) y por si a alguien le interesa le dejo la transcripción un poco camufladilla: La verdad está grabada. Continuará.

martes, 26 de julio de 2016

Veraneo en la pantalla: Orgullo y Prejuicio, un clásico trending topic


Además de ver series y películas, muchas, soy una ávida lectora. Por supuesto he leído y releído Orgullo y Prejuicio con pasión, el mundo es siempre un poco mejor junto a Mr Darcy, y como soy una fan incondicional y bastante pesada, no se me suele escapar ninguna adaptación a la que pueda hincar el diente. No todas son realmente satisfactorias, pero es una historia tan redonda, romántica, divertida y llena de encanto que puedes encontrar algo disfrutable en cada ocasión. Cuando el acercamiento es acertado suele ser una verdadera delicia, y de ese modo puedes continuar en el bucle infinito de enamorarte de Darcy, de Lizzie, o de la historia en general, por siempre jamás.

En este verano casero, por obligación, os animo a escapar del calor paseando por la campiña inglesa y sonriendo cortésmente tras un abanico, con estas tres deliciosas adaptaciones de éste clásico imperecedero al que las nuevas tecnologías le sientan tan bien:

Seguro que conocéis la famosísima adaptación de la BBC que encumbró al, hasta ese momento, desconocido Colin Firth y que se cuenta entre las mejores, si no la mejor, traslación de un libro a la pantalla. Tras estas palabras poco puedo añadir, salvo que si no la habéis visto YA ESTÁIS TARDANDO. Es una adaptación maravillosa, cuidada, con unos actores en estado de gracia que como es el caso de Firth, se colaría en el imaginario colectivo como el “auténtico” Mr Darcy.  Lo veríamos de nuevo en este papel en el acertadísimo casting de El Diario de Bridget Jones, un perfecto “Tu personaje me suena”!!! Esta serie se convirtió en el espejo en el que se han mirado todas las historias de época rodadas posteriormente, y si tiene algo que la engrandece especialmente es el conseguir transmitir el gran sentido del humor de la novela. Es una joya imprescindible.



Esta miniserie es diferente a la anterior por muchas razones, la principal es que la protagonista de la historia no es Elisabeth Bennet, es Amanda Price y ella vive en 2008. Tiene uno de esos móviles que se abrían como una almeja, el pelo teñido y dice palabrotas… Pero ella es fan, superfan como yo, de Orgullo y Prejuicio y un día, por arte del magia, tal cual (os sonará esto de Dramaworld…) se intercambia con Lizzie y aparece al comienzo de su libro favorito. Así que tendrá que cambiar su ropa, adaptar sus modales y sobre todo intentar que la historia siga su curso sin que la protagonista esté presente. La adaptación de la obra está bastante bien, el Mr Darcy de esta versión es impecable, y todos los cambios que surgen debidos a la interferencia de la aparición de Amanda están muy conseguidos. Incluso se dan ramificaciones alternativas y nuevas visiones de los personajes clásicos realmente interesantes. Es una versión muy divertida y a la vez una reflexión bastante conseguida de la obra y de la riqueza de sus personajes.



La última adaptación que os presento es la más transgresora sin duda. En esta ocasión estamos ante un videoblog ficticio de Youtube, en el que una absolutamente contemporánea Lizzie nos cuenta su día a día junto a su alocada familia y su mejor amiga Charlotte. En los microepisodios, de unos 3 minutos de duración, iremos conociendo la cascada de acontecimientos que la llegada de Bing Lee, rico estudiante de medicina, junto a su misterioso amigo Darcy, desencadena en la familia Bennet. El diario personal da paso posteriormente a diarios alternativos en los que podremos conocer los puntos de vista e información fresca de personajes secundarios como Lydia Bennet, Gigi Darcy o la familia Collins. Además de lo curioso del proyecto tengo que añadir que me ha sacado muchas sonrisas y la resolución de los problemas de contar una historia tan grande con unos recursos tan pequeños es en algunos casos bastante brillante. Son muchísimos episodios, así que a pesar de su miniduración hay Orgullo y Prejuicio para rato. Y tienen sección de Preguntas!!!! Mr Darcy, Darcy en esta ocasión, es, de nuevo, intachable, y además un hipster adorable :D



*Si alguien se lo pregunta no pienso elegir entre los distintos Darcy, los quiero a todos por igual y cada uno me deleita a su manera #MrDarcyforever #Deeplove #Tecomo

*Sí, podía haber optado por imágenes que muestren a otros personajes pero no quiero.

lunes, 4 de julio de 2016

Veraneo en la pantalla: Dramaworld


El verano es una fecha perfecta para experimentar cosas nuevas, y aunque atreverse con series diferentes a tus habituales nunca será material para uno de mis odiadísimos anuncios de cerveza, no deja de tener su encanto, y también puede ser acompañado de unas cañas fresquitas (chupaos esa creativos publicitarios!)

Debo a mis incursiones televisivas estivales algunas de mis más preciadas adquisiciones virtuales, y no sólo de series de emisión veraniega, también de otros programas que durante el año no habría forma de encajar en mi locura de agenda televisiva. Viajo por Suecia (bastante más de lo que hubiese imaginado, ya os haré algún post norteño), Inglaterra, Australia, China y en el tiempo, haciéndome con antiguallas a las que siempre les he tenido ganas. También me atrevo con formatos diferentes, shows de sketchs o documentales mastodónticos. Vamos, un surtido de lo más curiosón ¿Y qué mejor momento que éste para hablaros de alguno de mis últimos descubrimientos? A lo mejor os animáis también vosotros a hacer turismo en vuestras pantallas y de paso a invitarme a una cerveza sin anuncio como agradecimiento (admito tintos de verano con limón too) <3

Hoy voy a hablaros de Dramaworld ya que creo que cumple todos los requisitos, recomendación de @Srta.m (de ahí la superilustración claro!): Es una serie que se sale de lo normal en su formato, también en su argumento, es además una coproducción americana coreana y china, hablan en coreano e inglés, está rodada en Seúl (Cool!) y la he visto en verano gracias al parón de otras series. Perfect!

Dramaworld nos cuenta en episodios asombrosamente cortos (no tienen una longitud fija pero rondan los 10 minutos) la historia de Claire, una chica de 20 años apasionada de los Kdramas que por arte de magia, tal cual, es trasportada a su serie favorita. Así que de buenas a primeras nuestra protagonista se verá rodeada de coreanos guapísimos, lugares preciosos llenos de detalles kawaii y sentimientos a flor de piel.

Quizás si no estáis familiarizados con esta terminología os estáis haciendo un lío. No tienes que ser un fan de los culebrones asiáticos para disfrutar de esta serie, pero desde luego captarás todo su encanto si lo eres. Los doramas, los coreanos entre ellos, son culebrones con una estructura muy clara que se repite y que sin embargo son tremendamente eficaces a la hora de engancharte, son DROGA para ser claros. Al igual que los padres de mi generación no podían separarse de la tele cuando emitían Falcon Crest, y después Pasión de Gavilanes nos robó un año de nuestra vida sin llegar a entender cómo lo habían conseguido, el mundo asiático ha inundado internet con ingentes cantidades de tíos buenos, amor verdadero, madres malvadas, amigos atrapados en una insoportable friendzone y culminación en un casto beso, que parece haber encandilado a un público mayoritariamente femenino muy MUY grande. Y todas esas personas saben lo que va a pasar, y saben cuando va a pasar, pero eso da un poco igual, porque te cabreas y lloras y ríes cada vez.

Dramaworld juega precisamente con esa cualidad, y nos presenta una realidad en el que los protagonistas están sometidos a unas normas y “leyes naturales” que todos conocemos, excepto ellos. Claire tendrá que ayudar a que todo vuelva al orden en ese mundo ya que algo parece haberlo afectado y esos cambios auguran un fatídico final para Dramaworld . Es una apuesta bastante innovadora, muy curiosa y sobre todo muy divertida. Y si aún no has visto ningún Kdrama es tu oportunidad de hacerte un verdadero experto en tiempo record.

Te gustará si:
No te importa ver series en idiomas que desconoces (ver la tele sin subtítulos? Nah!… Por cierto el mejor chiste de la serie hace hincapié precisamente en eso), te flipan las historias de realidades alternativas y sobre todo si eres amante de los doramas.

Ni lo intentes si:
Buscas algo trascendental, si los tópicos te hierven la sangre o si no eres capaz de obviar el que ocurran cosas sin sentido.

Detalles completamente inútiles para todos menos para mí:
A pesar de ser una serie muy pequeñita se dan cameos de auténticas celebridades coreanas, por desgracia para nosotros pasan muy desapercibidas pero tiene que ser simpático de ver para ellos.

Como fanática de los detalles que soy realmente me gustaría poder ver el Libro de las Reglas de Dramaworld hecho realidad… Nunca se sabe, soy paciente así que esperare a que The Eldest of Internet escuchen mis plegarias.

Y de miniserie en miniserie y tiro porque me toca, de Dramaworld paso a Lost in Austen, porque una historia siempre lleva a otra, ya os contaré qué tal.

martes, 7 de junio de 2016

Agent Carter: Cancelaciones que te rompen el alma #snif

Hace un par de semanas abría el enlace que anunciaba las cancelaciones y renovaciones de las series de las grandes cadenas (desde cuándo conozco este evento y cómo llegó a mi vida es un misterio, pero año tras año lo vivo con gran pasión para bien y para mal) y mis mayores temores se volvía a materializar. Cancelación fulminante de una de MIS SERIES… ¡DRAMA!

Llevo bastante mal estas cosas. Además parece inevitable que cada año reciba una puñalada trapera de estos entes maquiavélicos que juegan con nuestros sentimientos como si de un César se tratase, pulgar arriba, pulgar abajo, adiós muy buenas. Y es terrible porque las series que te hacen vivir al filo de la navaja (pocos hemos sufrido más que los seguidores de Community) consiguen despertar en ti sentimientos casi primitivos. “Es mi serie, NO TE ATREVERÁS” pienso tragando saliva cuando llega el momento. Pero cuando el sentimiento de una posible pérdida te asalta debes prepararte porque es muy posible que ese sexto sentido ya haya acertado.

Temí por Agent Carter y la perdí.

A pesar de mis agoreros pensamientos, y de su ya anunciada cancelación, tengo que reconocer que la esperanza se mantiene en mí porque son tiempo extraños y quién sabe, hay canales que recogen series abandonadas y les dan una nueva vida, como si de la adopción de un animalico se tratase…Ya lo vivimos con la mencionada Community en Yahoo o The Mindy Project en Hulu. Almas caritativas de Netflix tal vez se animarán a revivirla para mí. Porfa, porfa, porfa.

Y es que Agent Carter era una de mis favoritas del momento y sé que Peggy tiene aún mucho que decir. Así que voy a animaros a ver las dos temporadas que esta maravillosa agente inglesa ha compartido con nosotros, y como la vais a querer a tope vais a encomendaros a vuestros dioses y a pedir conmigo en redes sociales que vuelva de entre los muertos. Aquí va mi alegato:

En esta época dorada del cómic en la que nos vemos inundados de superhéroes, Agent Carter traía bajo el brazo una apuesta diferente. Se trata de una serie de espías, con un tono ligero y simpático, centrado en una mujer fuerte y ambientada en los años 40 post Segunda Guerra Mundial. Estamos en el Universo Marvel así que habrá superpoderes, pero en este caso son meramente anecdóticos, teniendo mucho más peso los gadgets y disfraces de la vieja escuela (que no falte el pintalabios envenenado jamás!), así como las dotes naturales detectivescas y las hostias como panes.

A Peggy ya la conocimos en Capitán América: El Primer Vengador, y su personaje fue tan carismático que pasó a tener un corto de Marvel One Shots (os lo dejo aquí, que apañada soy) en el que nos enterábamos de qué había sido de ella tras aquel trágico final (mejor no lo recuerdo que lloro). El corto, que además de contar con una estética maravillosa, presentaba una idea muy interesante, se hizo rápidamente viral y dio el salto a televisión en la serie de ABC. En ella, Peggy Carter sigue trabajando para el SSR en EEUU, pero la guerra ya ha acabado y como mujer su papel en la institución se ve relegado de agente de campo a mera secretaria. Peggy es sin embargo mucha Peggy, y pondrá pocos cafés a lo largo de la serie. La acompañan en sus aventuras varios conocidos del Universo Marvel, el sexy inventor Howard Stark (padre de Tony, Iron Man), su exquisito mayordomo Jarvis, e incluso aparecerán los hipsters Lobos Aulladores. Los nuevos compañeros, así como los villanos malísimos (entre nazis y soviéticos hay mucho donde elegir y sobre todo muchas mujeres de armas tomar), no están nada mal tampoco (I <3 Sousa). Así que tenemos un poco de todo, intriga, acción, humor, romanticismo, feminismo, historia... ¿Quién da más?




Te gustará si:
Te gustan las series de espías, la Guerra Fría, las ondas en el pelo y los personajes femeninos que al fin no son meros floreros. Peggy es graciosa (me he reído mucho con esta serie), es inteligente y da puñetazos como nadie.

Ni lo intentes si:
No eres capaz de aceptar que la historia transcurre en un mundo con reglas diferentes te chirriaran las tramas más de ciencia ficción, aún así son bastante asumibles porque hay algo de encantador en toda la mitología de la radioactividad y los gadgets como los coches voladores.

Datos completamente inútiles para todos menos para mí:
Peggy es maravillosa. La actriz es increíblemente guapa y estilosa y sin embargo no cumple las medidas de TODAS las demás heroínas que nos ha presentado Marvel hasta ahora en cine y televisión. Es una mujer de verdad, pero también es más bruta que un arado, lo cual en ella es encantador claro está. La amo, se nota no? #quieroserPeggy

Cada momento dedicado al Capitán América, que recordemos ha sido dado por muerto, es tremendamente emotivo #lágrimas. Su constante presencia en la radio es un puntazo de la serie, y es que las radionovelas nunca debieron pasar de moda.

Jarvis es un personaje que hasta ahora no habíamos visto en la pantalla. Para mí es una de las mejores aportaciones de la serie y eso que cuando vi que era interpretado por el malo de Broadchurch, James D’Arcy, me sentí un poco ultrajada, pero rápidamente se hace con el papel y su amistad con Peggy es adorable.

martes, 26 de abril de 2016

Tres series de ¿amor?


Es difícil encasillar las series, además es un recurso poco satisfactorio el hacerlo, pero de alguna manera tenemos que fijar ciertas características y así poder entendernos con los demás. Es un poco como señalar una porción del cielo nocturno y decir “ahí”. Ese “ahí” es probablemente un fragmento enorme de firmamento, pero nuestra indicación hará que nuestro acompañante encuentre con más facilidad la estrella, constelación u ovni del que hablamos. Hoy voy a hablar de tres series que hablan de amor, y eso ya os llevará a una parte del cerebro muy específica, probablemente a una con un neón en el que pone: Comedia Romántica ¡ENCASILLADORES! Es muy posible que estas series sean marcadas con esa etiqueta, pero no son realmente románticas, ni te harán reír más que llorar. Quizás sería más acertado hablar de series sobre relaciones, y ya con eso sabes que no sabes nada. Porque si cada persona es un mundo, cada relación es un universo completamente nuevo. Y bueno, en las relaciones hay muchos más ingredientes que el amor ¿no?

En esta época dorada de las series el tratamiento de las relaciones se ha sofisticado bastante, y hemos visto verdaderas maravillas en las grandes producciones como Los Soprano (Tony y Carmela always), A dos metrosbajo tierra (David y Keith <3)  y por supuesto la arrolladora House of Cards (Francis y Claire son una pareja tan admirable como aterradora), pero esas series no están centradas en el amor, o en las relaciones amorosas. Las series que sí lo están han tardado mucho más en sacudirse esa etiqueta, probablemente porque se ha subestimado a su público objetivo (¿mujeres?), como casi siempre...  

Pero parece que las cosas empiezan a cambiar un poco y vemos como el gris, o incluso el negro, y una más diversa paleta de colores, se van introduciendo en el manido rosa, y las historias empiezan a parecerse más a lo que ya tenemos aquí fuera. Y para muestras tres botones:

Love: La nueva apuesta de Netflix viene de mano de Judd Apatow, creador que nos tiene acostumbrados a historias cómicas en la que se reflexiona sobre la madurez, el equilibrio entre el egoísmo y las concesiones, y la insatisfacción ante la vida adulta. Naturalmente volvemos a ver todo eso en Love, en la que seremos testigos de ese primer acercamiento entre dos personas, del proceso de conocerse el uno al otro, y de todo lo excitante y lo deprimente de ese momento concreto. En este caso los protagonistas son prácticamente antagónicos, así que podéis imaginar que no será nada sencillo y fluido.
*Y la prota es Britta de Community!!! 



You’re the worst: He dudado de incluir esta serie porque cumple con el esquema clásico de las comedias románticas, pero la verdad es que la premisa sí me parece refrescante, así que creo que puede colar. En este caso los protagonistas son tal para cual, dos seres egoístas, cínicos e irritantes que se divierten ante las barbaridades que reciben del otro y se dedican a perder el tiempo juntos, mientras no surja nada mejor que hacer. Muy romántico ¿verdad? Pero es bastante divertido así que los apoyo.
*La BSO es genial, y el tema del openning es de esas canciones que se te meten en la cabeza hasta freírte las neuronas. Es 7:30 AM de Slothrust, por si os interesa.



Togetherness: Y ya más avanzados en las relaciones llegamos al matrimonio con hijos, sin más problemas que la deprimente y aburrida rutina. Quizás no haya monstruo más grande que ese, y es al que se enfrenta esta pareja. Se quieren, se respetan, hablan… Pero no son felices y quieren serlo, juntos. Así que veremos terapias de pareja, nuevos juegos sexuales, confrontaciones, pequeñas victorias y grandes batacazos. Todo esto bajo la batuta de los hermanos Duplass, que parecen estar metidos en todo últimamente (me declaro fan), pero sólo con Mark frente a la cámara.
*Mark y Jay Duplass son escritores, directores, productores y actores de muchísimos proyectos que seguro que conocéis de sobra. Tal es su actividad que podéis uniros a su lista de mailing y estaréis siempre informados aquí: http://www.duplassbrothers.com/ Me encantan estas majaderías!


lunes, 4 de abril de 2016

Tu personaje me suena: Kelly Kapoor & Mindy Lahiri


Mindy Lahiri en The Mindy Project te recordará a Kelly Kapoor en The Office, pero realmente te recordará a Mindy Kaling en LA REALIDAD:

Mindy Kaling no sólo actuaba en The Office como Kelly Kapoor, desde el principio formó parte del equipo de creativos de la serie y firmó varios guiones de la misma. Sus bromas acerca de su parecido con Kelly y los paralelismos en su relación con B.J. Novak en la realidad y su personaje Ryan Howard en la serie, eran constantes en las redes sociales. Crearon un chiste de sí mismos y de su extraña amistad, y nos hicieron partícipes a todos de él (aquí os dejo un enlace de un glosario sobre su relación para que veáis que no miento, repito, UN GLOSARIO). Es difícil desengancharse de tan divertido y excéntrico culebrón, pero afortunadamente no tienes que hacerlo porque a ellos les encanta echar leña al fuego.

Para desconcierto de todos Mindy abandonó The Office en la 8ª temporada (las malas lenguas comentaban que se debió a una de sus rupturas con Novak) para comenzar su propia andadura, The Mindy Project, donde sigue compartiendo sus más que dudosos modales, sus gustos de adolescente, sus citas pop y su romanticismo edulcorado.Y sí, puntualmente puedes volver a disfrutar de su química con B.J. Novak, pero también con otros amigos de la realidad y la ficción, a la que ella misma denomina crossovers, así que la serie a veces se convierte en una pasarela de colegas de la protagonista y excompañeros de proyectos que a mí personalmente me divierte bastante. Como veis Mindy Kaling es un universo en sí misma en la que realidad y ficción se funden constantemente, y de la que puedes disfrutar en muchas facetas (también ha escrito varios libros cómicos) y siempre intensamente (¡seguirla en redes sociales es abrumador!).

Kelly Kapoor y Mindy Lahiri no son la misma persona, pero se parecen bastante. Los programas de donde provienen sin embargo son muy diferentes. The Office ya ha pasado a la historia como una de las grandes, una serie que roza la perfección a todos los niveles, y en el que el rol de Kelly Kapoor, un personaje al que llegabas a querer pero de difícil digestión, se fundía en un grupo muy equilibrado. The Mindy Project ya es otra historia. Mindy es el centro de toda la trama, así que la vergüenza ajena con la que juega es impepinable. Pero su personaje no debe tomarse en serio, del mismo modo que la propia Kaling (que jaleo entre personajes y actores) no lo hace consigo misma. Si los romances de oficina entre Kelly y Ryan te revolvían en el asiento de pura incomodidad, los de Mindy te sacarán más la risa floja, pero ese sentimentalismo de chica fan de Crupúsculo que se sabe de memoria los diálogos de Meg Ryan, está tratado en ambos casos con bastante gracia y, sobre todo, ligereza. Y oye, lo light a veces viene muy bien también.

*Bonustracks para los muy avanzados en el tema:

1. Soup snakes <3

2. Su grupo de música ficticio, Subtle Sexuality, creado para los Websodios de The Office junto al personaje de Ellie Kemper, Erin, nos dejó pequeñas joyas como estas: The Girl Next Door y Male Prima Donna


lunes, 28 de marzo de 2016

Tu personaje me suena: ¡Nunca me dejarás!

Si las series de televisión juegan con algo más que ningún otro medio es con el apego. Lo sé, sé que hay miles de personajes de literatura, cine o videojuegos maravillosos, pero significativamente no pueden competir en tu corazón con series que pueden estar en tu vida durante años, ocupando tu tiempo y espacio, llenando tus buenos y malos momentos, cada semana (ahora con Netflix ni eso). Verás a los personajes crecer, evolucionar, conocerás sus debilidades y sus fortalezas, se superarán, caerán, y tú estarás ahí, y ellos estarán contigo. En las series corales que se llevan con maestría, el sentimiento de camaradería puede ser tan profundo, que a lo largo de la emisión de las temporadas llegan a convertirse en verdaderos grupos cerrados. Tendrás que ser del club para pillar todos los chistes internos, ser uno de los nuestros para captar cada detalle, y ese grado de sofisticación, lejos de convertirse en un problema, lleva a sus fans a sentirse parte de algo más grande.

Además puede que seas incondicional de alguna serie de la que cuando te preguntan la clásica ¿y de qué va? no sabes qué responder. Porque la serie, como ya nos contaba el maravilloso George Costanza en la tan adelantada a su tiempo Seindfeld, va sobre NADA.Y una serie que va sobre nada, y seguro que conocéis más de una, vive de tu cariño, se nutre del sentimiento de equipo, y todo lo demás va a dar bastante igual.


Y entonces un personaje se va, o se acaba la serie, y el vacío que te deja en el pecho es infinito. Para aliviar esa pena, y mantenernos agarrados, surgió el formato spin off, en el que el personaje o personajes agraciados, tal y como los conocíamos, se hacen dueños de su propia historia y continúan su camino añadiendo un fresco comienzo y manteniendo una dulce conexión con su vida anterior (emoción absoluta cuando sale a relucir). Hemos visto muchos ejemplos de ello, recuerden el éxito de Frasier tras dejar atrás sus días en Cheers, o el batacazo de Joey tras Friends. Ahora mismo tenemos hasta un spin off versión precuela de Breaking Bad en Better call Saul (estoy deseando escribir sobre ella), con un resultado bastante sobresaliente.

Sin embargo, a pesar de lo versátil que puede ser el spin off, constantemente aparecen nuevas formas de mantener tus lazos con esa ficción que ya te ha conquistado. Así hemos visto surgir nuevas series con protagonistas que, si bien no son personajes de otros programas, se parecen sospechosamente a ellos. Son reconocibles, son reconfortantes y te hacen sentir como en casa. Y de eso irá una nueva sección del blog, “Tu personaje me suena”, en la que iré hilvanando teorías conspiratorias absurdas, porque me encanta reliarme en tonterías y porque realmente quiero a los de mi equipo, así que nunca dejaré que vayan.

jueves, 3 de marzo de 2016

Making a murderer, la no ficción absorbente


Teniendo en cuenta que me hago llamar Soy Ficción está bastante claro que los mundos inventados, las realidades alternativas, son mi medio natural, y que paso bastante tiempo sumergida en ellos, sin embargo hoy voy a hablar de una historia muy real, contada en formato serie, que se ha colado en mi lista interminable de visionados, y se ha ganado el derecho a pausar todo lo demás con enorme rotundidad.

Es la primera vez que veo un documental en capítulos, no tengo paciencia para la realidad, pero está bastante claro que si algo ofrecen estos 10 episodios es una historia absorbente que puede llegar a obsesionarte, y que además no se acaba (Y ESTO NO ES UN SPOILER) porque todo está aquí, en nuestro mundo, en nuestros periódicos, a sólo un viaje transatlántico de distancia. Yo seguiré por siempre las novedades de este caso, que para eso está THE INTERNET, y porque ya no puedo vivir sin saber qué más va a pasar en este caso.

Making a Murderer es un descomunal trabajo de producción de 700 horas de grabación, realizadas durante 10 años, en las que vamos a ver imágenes caseras, entrevistas, fragmentos de telediarios, grabaciones de llamadas telefónicas, conexiones de radio de los agentes de la ley, informes, pilas de cajas, juicios, ruedas de prensa, testimonios de todo tipo de personas con todo tipo de conexiones con los casos, y todo lo que te puedas imaginar y más.

¿Y de qué va la cosa? Pues de un chico que es acusado, juzgado y condenado por un caso de agresión sexual que le lleva a pasar 18 años en prisión, tras los cuales, y gracias a los avances de la ciencia, sale exculpado. Su situación es especialmente hiriente porque los “errores” policiales son demenciales, pero también porque demuestra las faltas de las que adolece un sistema de justicia que una vez que comete un error se protege a sí mismo hasta el absurdo, dejando en la absoluta indefensión a aquellos que ya ha castigado injustamente. Pero eso es sólo el episodio 1. Porque tras toda esta barbaridad viene la madre de las barbaridades. Y es que una vez liberado, y estando nuestro exculpado litigando contra el estado por daños y prejuicios, es acusado por el asesinato de otra chica. Y tooooodo el proceso que va desde el momento de la desaparición de Teresa Hallbach hasta hoy, es lo que vamos a ver en los siguientes 9 episodios.

¿Y si ya sé lo que pasa para qué voy a verla? Yo te diría que en mi caso he sido incapaz de terminar de ver ni un solo episodio sentada. En algún momento mi indignación, miedo y/o desesperación eran tan grandes que me ponía en pie y ahí me quedaba ya. Y yo creo que si eres capaz de visualizarme en pijama, en pie delante de la tele, puedes entender que algo muy fuerte está pasando en esa pantalla.

Te gustará si
Te enganchas a lo tonto con cualquier historia de crímenes, tramas policiales o salas de justicia. Aquí vas a ver todo eso, con todo lujo de detalles, y todo es verdad…

No se te ocurra verla si
No encuentro muchas razones la verdad, porque no es nada desagradable ni salen cosas muy gráficas, pero si estás buscando una razón para recuperar la esperanza en la humanidad, este no es tu lugar.

Más sobre Making a Murderer
Estoy bastante segura de que habrá más sobre esta historia, no sé en qué formato, pero mientras tanto podéis seguir las novedades del caso en múltiples lugares, entre ellos en Reddit y Twitter.

Por cierto, si os gusta esta temática os recomiendo muy mucho que veáis el documental El Impostor, que me dejó loca (y no digo más que es mejor verlo sin saber nada de nada). Y ya, ya me han dicho que vea The Jinx, apuntada está #agobio.

jueves, 11 de febrero de 2016

This is love: Doctor en Alaska



Los que me han leído hasta ahora saben que veo muchas series, pero lo que quizás no saben es que puedo llegar a tener una relación realmente intensa con ellas. No siempre desde luego, veo series bastante chorras que olvido a la velocidad de la luz, pero hay otras que se me adhieren a la piel  y ahí se quedan. No sólo me ocurre con las series, digamos que me sucede con la ficción en todas sus formas, pero las series, por su formato alargado en el tiempo y de consumo (más o menos) puntual,  tienen la posibilidad de asentarse con más calado en mí.

La primera vez que me enamoré de una serie, porque quizás eso sea lo que más se asemeje a lo que siento, fue con Doctor en Alaska. Y el primer amor nunca se olvida. No soy objetiva con ella, no lo soy con ninguna pero con ésta mucho menos, y jamás admitiré ninguna crítica negativa sobre nada que tenga que ver con la serie. Para mí es absolutamente perfecta,  y no se trata de un recuerdo de halo brillante en mi memoria, ya que a lo largo de mis tres décadas de vida he visto sus 110 episodios completos en tres ocasiones, algunos muchas más veces, ya que parecía que La2 tenía sus predilectos a la hora de repetir capítulos, y sé que disfrutaré muchos más visionados si la suerte me acompaña.

Podría escribir un blog completo sólo hablando de ella, de sus personajes, de sus escenas más memorables, de los libros, películas, música o historias que nos regalaba en cada episodio, y quizás lo haga algún día, pero hoy sólo me regodearé en mi amor por ella. Y si alguien se anima a compartir el suyo me hará más que feliz.

Caí prendida de las historias de Cicely, pueblo centro de la historia, a mediados de los 90, cuando no era más que una preadolescente sin acceso al mando a distancia y sin mucho control sobre mis horarios. En aquellos tiempos estábamos acostumbrados al continuo maltrato al que las cadenas de televisión nos tenían sometidos, pero Doctor en Alaska se llevaba el oro en el caos televisivo con horarios nunca fijos, incluso los días de emisión podían moverse sin previo aviso,  tremendamente tardíos, y sin llegar a mantener nunca una cronología acorde con las emisiones originales. Doctor en Alaska era una serie casi inaccesible para mí, pero no por ello permití que mi amor imposible se desvaneciese. Fueron las madrugadas de los largos veranos sin colegio mi única posibilidad disfrutar de ella como de un fruto prohibido, y son esas calurosas noches con el volumen de la tele al mínimo y con el teletexto continuamente mostrándome un horario incumplido, uno de mis mejores recuerdos de aquella época.

Quizás fue esa mezcla de niñez y adultez en la que me encontraba la que permitió que al igual que Joel, el médico neoyorkino protagonista de la aventura, me fuese abriendo a la realidad mágica de Alaska y fuese llenándome del frío de sus bosques, la filosofía de sus ondas de radio o la camaradería de sus sillas de bar. Pero veinte años después pocos dilemas en los que me pone la vida no han sido cuestionados, debatidos y dulcemente compartidos por los habitantes de Cicely conmigo. En algún lugar decían (no lo recuerdo) que era imposible luchar contra la influencia de la televisión en la educación de los hijos, que en última instancia Madonna tiene más peso en su formación que cualquiera de sus familiares o maestros, es una cuestión de tiempo y de atención. Debe ser la referencia más noventera que os podáis echar a la cara, pero no por ello menos cierta. Yo podría afirmar que Doctor en Alaska fue mi Madonna, y que de pocas cosas puedo estar más orgullosa.

jueves, 4 de febrero de 2016

MR. ROBOT



A estas alturas todos sabemos ya que Mr. Robot fue probablemente la mejor, o una de las mejores, series de 2015. A mí me cuesta decidir porque el año pasado nos dejó bastantes perlas, entre estrenos (Daredevil, Mr. None, Better call Saul…) y nuevas temporadas (Mad Men, Fargo, The Americans, Transparent…) tuve la agenda tan saturada que comencé a pensar que tengo un problema.

Alejemos  ese pensamiento centrándonos en Mr. Robot.

Reconozco que empecé a verla por la obsesión que tengo con los actores ACABADOS [Me gustaría aclarar en este punto que mi lista de obsesiones es casi tan larga como mi lista de episodios por ver]. Quizás esto no sea algo que deba reconocer, pero soy una gran fan de los actores que aparecen como grandes revelaciones, a los que todos auguran un futuro prometedor, y que realmente esperamos ver cambiando nuestro mundo, y que, tras esa primera explosión en la que los admiramos en cada cartel del cine, desaparecen para volver al cabo de los años con una enorme L en su frente. LOSER. Soy así. Uno de mis ACABADOS fetiche es sin duda Christian Slater. Recordemos por un segundo a ese chaval en El nombre de la rosa al que todos veíamos a punto de florecer en los 80 y tachán… Pelis malas por doquier. Gracias por Hard Rain, nunca me cansaré de ver esa mierda. Así que Christian Slater aparece (por supuesto que vi My own worst enemy y lloré su pérdida) y no puedo resistirlo, veo ese primer episodio de una serie de una cadena totalmente desconocida para mí (Porque sí, conocemos ya las cadenas de televisión americanas como si fueran nuestras, pero quién conoce USA Network) y flipo. Está guay. Mi adorado Christian Slater sale unos contados minutos que son oro para mí pero no importa, quiero ver más. Porque es interesante, es oscura, habla de cosas molonas como seguridad en la red, encriptaciones, multinacionales malignas, gente weird que sufre asperger o algo así que está tan de moda, terrorismo new age, malos que son mediobuenos y buenos que son mediomalos, salen guapérrimos del norte de Europa que hablan sueco y danés –COOL- en su casa y son de esos malos europeos que los americanos imaginan tan sofisticados y demoníacos, y el superefecto de la realidad confusa: hay cierta niebla que nos impide ver la situación con claridad y no sabes muy bien si lo que acabas de ver ha ocurrido o no. Eso mola.

Además de toda esa atmósfera de la que Mr. Robot puede presumir, porque les ha salido bastante bien, la serie tiene una trama que engancha y que se nutre de una realidad que rara vez se nos revela. Nos muestra situaciones que estamos viviendo día a día y de la que sin embargo parece que no formamos parte. Porque aquellos que mueven los hilos han inventado un idioma que nos excluye, que nos ciega, y de eso habla la Mr. Robot. Nuevos revolucionarios, guerras que se luchan entre gigantes y grupos de diminutos David, que teclado en mano consiguen pequeñas enormes victorias, que quizás no sirvan para nada, o sí, insurrectos que imaginamos en la estela de Snowden, Assange o Anonymous, antisistemas de un sistema corrupto. En esta historia tú eres la víctima, y tus únicos posibles héroes son unos hackers que se alimentan de bollycaos y palomitas manidas. Y está Elliot claro, que es el prota. Por desgracia algunas de sus subtramas personales no están tan conseguidas como el eje central de la historia, espero que vayan remediando esos flecos porque es una lástima que un personaje tan atormentado no llegue realmente a conmovernos. Quizás en la segunda temporada.

Te gustará si
Te flipaste con El Club de la Lucha, te va el rollo del bombazo al final del episodio y sientes predilección por los inadaptados sociales.

No se te ocurra verla si
Odias el uso de la voz en off, te enervan los giros inesperados  y te aburre la cháchara tecnológica.

Hechos completamente inútiles sobre Mr. Robot 
Las cabeceras son lo máximo. La fotografía en general es una pasada, pero sus cabeceras son dignas de revisionado. Es sólo un segundo, pero siempre lo esperaba con entusiasmo. Y me encantaría encontrar el parche de Mr. Robot para ponérmelo en una chaqueta ¿eso lo venden? I want it.

viernes, 22 de enero de 2016

Esto es, será, un blog sobre series. No es, ni será, el más informativo, ni el más completo, ni el más sesudo de los blogs sobre series que podéis leer en todo eso que llaman THE INTERNET. Si has pillado esa referencia a The It Crowd tengo que decir que no ha sido premeditada, simplemente yo hablo así, porque veo las series, las digiero y las hago parte de mí. Es decir, que podemos ser amigos si no tienes idea de lo que hablo pero te interesa o has puesto la voz de Roy al leerlo, pero quizás te decepcionaré si esperas que sea algo más que una flipada de las series, porque no tengo información privilegiada, ni elaboro intrincadas teorías sobre el papel de los personajes secundarios, ni consigo encontrar las supersecretas conexiones con la realidad de le economía de los países nórdicos... A lo máximo que llego es a revisarme sus perfiles de IMDB. No tengo nada que tú no tengas ya, no puedo ofrecerte una visión objetiva ni un enfoque nuevo sobre el final de Mad Men. Pero sé algo sobre series, y es que a los que nos gustan adoramos regodearnos en ellas, echarlas de menos, odiarlas cuando nos defraudan, criticarlas, hablar sobre ellas, escuchar sobre ellas, leer sobre ellas. Y eso es lo que quiero hacer aquí.