lunes, 28 de marzo de 2016

Tu personaje me suena: ¡Nunca me dejarás!

Si las series de televisión juegan con algo más que ningún otro medio es con el apego. Lo sé, sé que hay miles de personajes de literatura, cine o videojuegos maravillosos, pero significativamente no pueden competir en tu corazón con series que pueden estar en tu vida durante años, ocupando tu tiempo y espacio, llenando tus buenos y malos momentos, cada semana (ahora con Netflix ni eso). Verás a los personajes crecer, evolucionar, conocerás sus debilidades y sus fortalezas, se superarán, caerán, y tú estarás ahí, y ellos estarán contigo. En las series corales que se llevan con maestría, el sentimiento de camaradería puede ser tan profundo, que a lo largo de la emisión de las temporadas llegan a convertirse en verdaderos grupos cerrados. Tendrás que ser del club para pillar todos los chistes internos, ser uno de los nuestros para captar cada detalle, y ese grado de sofisticación, lejos de convertirse en un problema, lleva a sus fans a sentirse parte de algo más grande.

Además puede que seas incondicional de alguna serie de la que cuando te preguntan la clásica ¿y de qué va? no sabes qué responder. Porque la serie, como ya nos contaba el maravilloso George Costanza en la tan adelantada a su tiempo Seindfeld, va sobre NADA.Y una serie que va sobre nada, y seguro que conocéis más de una, vive de tu cariño, se nutre del sentimiento de equipo, y todo lo demás va a dar bastante igual.


Y entonces un personaje se va, o se acaba la serie, y el vacío que te deja en el pecho es infinito. Para aliviar esa pena, y mantenernos agarrados, surgió el formato spin off, en el que el personaje o personajes agraciados, tal y como los conocíamos, se hacen dueños de su propia historia y continúan su camino añadiendo un fresco comienzo y manteniendo una dulce conexión con su vida anterior (emoción absoluta cuando sale a relucir). Hemos visto muchos ejemplos de ello, recuerden el éxito de Frasier tras dejar atrás sus días en Cheers, o el batacazo de Joey tras Friends. Ahora mismo tenemos hasta un spin off versión precuela de Breaking Bad en Better call Saul (estoy deseando escribir sobre ella), con un resultado bastante sobresaliente.

Sin embargo, a pesar de lo versátil que puede ser el spin off, constantemente aparecen nuevas formas de mantener tus lazos con esa ficción que ya te ha conquistado. Así hemos visto surgir nuevas series con protagonistas que, si bien no son personajes de otros programas, se parecen sospechosamente a ellos. Son reconocibles, son reconfortantes y te hacen sentir como en casa. Y de eso irá una nueva sección del blog, “Tu personaje me suena”, en la que iré hilvanando teorías conspiratorias absurdas, porque me encanta reliarme en tonterías y porque realmente quiero a los de mi equipo, así que nunca dejaré que vayan.

jueves, 3 de marzo de 2016

Making a murderer, la no ficción absorbente


Teniendo en cuenta que me hago llamar Soy Ficción está bastante claro que los mundos inventados, las realidades alternativas, son mi medio natural, y que paso bastante tiempo sumergida en ellos, sin embargo hoy voy a hablar de una historia muy real, contada en formato serie, que se ha colado en mi lista interminable de visionados, y se ha ganado el derecho a pausar todo lo demás con enorme rotundidad.

Es la primera vez que veo un documental en capítulos, no tengo paciencia para la realidad, pero está bastante claro que si algo ofrecen estos 10 episodios es una historia absorbente que puede llegar a obsesionarte, y que además no se acaba (Y ESTO NO ES UN SPOILER) porque todo está aquí, en nuestro mundo, en nuestros periódicos, a sólo un viaje transatlántico de distancia. Yo seguiré por siempre las novedades de este caso, que para eso está THE INTERNET, y porque ya no puedo vivir sin saber qué más va a pasar en este caso.

Making a Murderer es un descomunal trabajo de producción de 700 horas de grabación, realizadas durante 10 años, en las que vamos a ver imágenes caseras, entrevistas, fragmentos de telediarios, grabaciones de llamadas telefónicas, conexiones de radio de los agentes de la ley, informes, pilas de cajas, juicios, ruedas de prensa, testimonios de todo tipo de personas con todo tipo de conexiones con los casos, y todo lo que te puedas imaginar y más.

¿Y de qué va la cosa? Pues de un chico que es acusado, juzgado y condenado por un caso de agresión sexual que le lleva a pasar 18 años en prisión, tras los cuales, y gracias a los avances de la ciencia, sale exculpado. Su situación es especialmente hiriente porque los “errores” policiales son demenciales, pero también porque demuestra las faltas de las que adolece un sistema de justicia que una vez que comete un error se protege a sí mismo hasta el absurdo, dejando en la absoluta indefensión a aquellos que ya ha castigado injustamente. Pero eso es sólo el episodio 1. Porque tras toda esta barbaridad viene la madre de las barbaridades. Y es que una vez liberado, y estando nuestro exculpado litigando contra el estado por daños y prejuicios, es acusado por el asesinato de otra chica. Y tooooodo el proceso que va desde el momento de la desaparición de Teresa Hallbach hasta hoy, es lo que vamos a ver en los siguientes 9 episodios.

¿Y si ya sé lo que pasa para qué voy a verla? Yo te diría que en mi caso he sido incapaz de terminar de ver ni un solo episodio sentada. En algún momento mi indignación, miedo y/o desesperación eran tan grandes que me ponía en pie y ahí me quedaba ya. Y yo creo que si eres capaz de visualizarme en pijama, en pie delante de la tele, puedes entender que algo muy fuerte está pasando en esa pantalla.

Te gustará si
Te enganchas a lo tonto con cualquier historia de crímenes, tramas policiales o salas de justicia. Aquí vas a ver todo eso, con todo lujo de detalles, y todo es verdad…

No se te ocurra verla si
No encuentro muchas razones la verdad, porque no es nada desagradable ni salen cosas muy gráficas, pero si estás buscando una razón para recuperar la esperanza en la humanidad, este no es tu lugar.

Más sobre Making a Murderer
Estoy bastante segura de que habrá más sobre esta historia, no sé en qué formato, pero mientras tanto podéis seguir las novedades del caso en múltiples lugares, entre ellos en Reddit y Twitter.

Por cierto, si os gusta esta temática os recomiendo muy mucho que veáis el documental El Impostor, que me dejó loca (y no digo más que es mejor verlo sin saber nada de nada). Y ya, ya me han dicho que vea The Jinx, apuntada está #agobio.